Última obra del pintor Tranquillo Cremona, que murió a los 41 envenenado por el plomo que contenían sus pinturas y que probaba directamente en su piel.
En el cuadro están inmortalizados el músico Alfredo Catalani y la cuñada del pintor, Lisetta Cagnoli.
La chica parece resistirse al abrazo del mozo, pero la mirada, que trasluce cierto deseo, parece traicionar su resistencia.
Óleo, 133 x 99,5 cm
Turín, Galería de Arte Moderno.
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