Federico Faruffini (1831-1869), pintor italiano post romántico, reflejó en este cuadro una postura muy habitual y, ciertamente, decimonónica: la adoración de la mujer (o de un determinado tipo de mujer o de feminidad) por parte del caballero o del amado. Postrado, el hombre besa con devoción las manos de la dama: respeto, sin duda. Pero también una idealización insana.
Milán, Pinacoteca de Brera.
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