Este maravilloso retrato de Leonardo da Vinci fue la primera obra del pintor que se incorporaba a un museo americano. Su llegada fue recibida con gran expectación e interés por todos los amantes del arte norteamericanos y especialmente por aquellos que pudieron disfrutar del "viaje" americano de La Gioconda del Louvre cuatro años antes.
Ginevra de Benci era miembro de una ilustre familia florentina, muy bien relacionada con los Médici. Siguiendo las costumbres de la época Ginevra se casó joven, a los diecisiete años.
El retrato que nos ocupa debió pintarse cuatro años después, hacia 1480, cuando Leonardo tenía veintiocho años. Se puede detectar en el cuadro cierta influencia del aprendizaje del maestro florentino con Verrocchio. El rostro de la dama destaca sobre una especie de aureola oscura que forma una gran mata de enebro y, a pesar de ser una obra de juventud, del cuadro emana ya ese sutil "misterio" que solo Leonardo era capaz de imprimir a sus obras.
Ginevra de Benci era miembro de una ilustre familia florentina, muy bien relacionada con los Médici. Siguiendo las costumbres de la época Ginevra se casó joven, a los diecisiete años.
El retrato que nos ocupa debió pintarse cuatro años después, hacia 1480, cuando Leonardo tenía veintiocho años. Se puede detectar en el cuadro cierta influencia del aprendizaje del maestro florentino con Verrocchio. El rostro de la dama destaca sobre una especie de aureola oscura que forma una gran mata de enebro y, a pesar de ser una obra de juventud, del cuadro emana ya ese sutil "misterio" que solo Leonardo era capaz de imprimir a sus obras.
Óleo, 38 x 37 cm.
Todas las imágenes y/o vídeos que se muestran corresponden al artista
o artistas referenciados.
Su exposición en este blog pretende ser un homenaje y
una contribución a la difusión de obras dignas de
reconocimiento cultural, sin ninguna merma a los derechos que correspondan a
sus legítimos propietarios.
En ningún caso hay en este
blog interés económico directo ni indirecto.